• ¿Qué es Yiós?

Andrea, que está cursando el Máster Habilitante para ejercer como psicóloga, comparte cómo Yiós le ha ayudado a transformar su mirada sobre el cuerpo humano y su conexión con Dios. “Tomar conciencia de esto es entender el verdadero valor de tu cuerpo, pensado para querer, escuchar, acoger, entender… tal y como Dios lo haría aquí en la tierra”, afirma Andrea. Este fin de semana dedicado a la Teología del Cuerpo de san Juan Pablo II le permitió descubrir que, junto a Dios, es posible amar desde un amor ilimitado y verdadero.

Después de tu experiencia en Yiós, ¿cómo ha cambiado tu visión sobre el cuerpo humano y su conexión con Cristo y con los demás?

Después de Yiós, entendí que cuando descubres la Verdad que explica de dónde vienes, dónde estás y hacia dónde vas, algo en ti cambia. Esa Verdad te revela por qué tú, con tu nombre y apellidos, estás aquí y por qué has sido creado de una manera tan específica, reconoces que eres auténtico y único y, sobre todo, que has sido creado con muuuucho amor; ¡¡¡has sido pensado!!!

Esto cambia la manera en que te ves a ti mismo y, por ende, también percibes tu cuerpo de manera distinta, entiendes que ese valor realmente no está en cumplir estereotipos y estándares de belleza, si no en la mirada de Dios sobre ti. Entonces, tu mirada sobre ti mismo cambia.

Lo más sorprendente de esta experiencia es que, al ser consciente de esta Verdad, también cambia la forma en que miras a los demás. Aprendes a reconocer ese mismo valor en las otras personas, pero solo puede ocurrir cuando descubres primero esa mirada de Dios sobre ti.

La verdad te libera, aunque primero incomode

Una mirada adecuada sobre el cuerpo nos descubre que hemos sido pensados por el Amor y para la Gloria. ¿Me puedes explicar esto desde tu experiencia?

Entiendes que tu cuerpo no es un fin en sí mismo, si no que va más allá. Tu cuerpo es un vehículo a través del cual, se nos ha concedido el gran regalo de dar a conocer a Dios a los demás (templos del Espíritu Santo).

Para mí tomar conciencia de esto es entender el verdadero valor de tu cuerpo, es decir, un cuerpo pensado para querer, escuchar, acoger, entender… tal y como Dios lo haría aquí en la tierra. Gracias a este gran regalo-don que se nos ha dado, podemos hacer visible lo que aparentemente los ojos no pueden ver, pero el corazón sí que puede reconocer: a Dios.

 

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¿Qué hay en Yiós que le debería interesar a cualquier joven de tu edad?

En Yiós hay muchas cosas, quizás demasiadas, para poder describirlas en unas simples líneas, pero si me quedase con algo, sería el siguiente aprendizaje:

Cuando vives alejado de lo importante y sabes que hay un amor infinito que te invita a que quieras a los demás desde ahí, pueden aparecer los miedos, el vértigo, el autosabotaje… y puedes quedarte en: “Es imposible que yo, con mis heridas, inseguridades… sea capaz de poder querer a los demás desde ese amor”, pareciese como si ese amor infinito no fuese pensado para ti. En Yiós, descubres que la Verdad sobre esto es otra, y es que tu cuerpo tal y como es te revela que has sido pensado para querer a los demás desde ese amor ilimitado y que junto a Dios esto es posible.

Y esto se podría reducir en esta frase: “La verdad te libera, aunque primero incomode”.