En esta ocasión, Vega Trueba ha sido una de los jóvenes que ha participado y ha querido compartir su testimonio con nosotros.
Vega tiene 31 años y trabaja como administrativa. Una de sus aficiones es “darlo todo” cantando en un karaoke y esta ha sido la primera vez en Cristo de la calle: una experiencia “maravillosa”.
“He podido ver a Jesús en cada una de las personas”, ha explicado. Por otro lado, a Vega le ha ayudado mucho repartir bocadillos y hablar con todas las personas con las que se ha encontrado. “Me he dado cuenta que tengo que salir de mí misma y que tengo que seguir entregando mi vida al Señor en las pequeñas cosas del día a día, por ejemplo escuchar al que tengo a lado”, ha comentado. También, se ha dado cuenta de que Dios ha transformado su corazón. “Como apóstol que soy, tengo que dar testimonio de ello”, ha añadido.
Vega ha querido compartir una anécdota con nosotros. “Fuimos a dar bocatas y a hablar con aquellos que no tenían para comer y, cuando nos volvíamos para juntarnos con el otro grupo, un camarero italiano de un restaurante vio que llevábamos unos rosarios y nos preguntó si estaban bendecidos. Y por esa pregunta pudimos hablar un ratito con él y fue muy bonito porque se notaba mucho la necesidad que tenía de Dios en su vida, era un pobre de espíritu”, ha contado Vega.