Don Renzo Bonetti, durante su visita, tuvo encuentros con matrimonios que han participado en retiros de Sponsus y de Filoi, e hizo una parada significativa en la basílica de la Sagrada Familia. En sus intervenciones, don Renzo subrayó la importancia de redescubrir el valor de la vida cotidiana dentro del matrimonio, afirmando que “cada momento ordinario puede volverse eterno si está lleno de amor”. durante estos días tuvo con traductor a uno de sus colaboradores, el P. Fernando Durán, L.C.

A través de una simbólica dinámica con “arena”, invitó a los matrimonios a reflexionar sobre los momentos que parecen vacíos o rutinarios en la vida diaria, y a redimirlos con gestos de amor. “Ese amor no es solo emoción: es una decisión, una forma de mirar, de tocar, de hablar, de perdonar, de estar presente”, señaló. Con un lenguaje cercano y testimonial, animó a las parejas a vivir su vocación como una verdadera liturgia: “Cada gesto de amor cotidiano tiene un valor eterno”.

En un segundo momento del encuentro, propuso una profunda imagen eucarística para describir el matrimonio cristiano: “Al mirar a un matrimonio que se ama, Jesús dice: ‘Este es mi amor’”. Según don Renzo, los esposos son como custodias vivas del amor de Dios: “Ustedes son tabernáculos. Ábranlo, cuídenlo y muéstrenlo a sus hijos”. A través del testimonio de su vida familiar, están llamados a ser “pescadores de hombres” que hagan experimentar el amor de Dios a quienes les rodean.