En este mes de noviembre, en vísperas de La Almudena, el Colegio Mayor Francisco de Vitoria junto con el Colegio Mayor Roncalli, y el Colegio Mayor Jaime del Amo, fueron los encargados de liderar y organizar el encuentro, el cual tuvo lugar el viernes 5 de noviembre de 2021, y fue presidido por el Cardenal Carlos Osoro. Andrea Arnanz es colegial del Colegio Mayor de la UFV y nos ha contado su experiencia: “Aquí estás acompañado y ves que hay otros jóvenes como tú que creen en lo mismo y lo viven de la misma forma”.

“Fue todo un honor para el colegio ser del equipo de responsables y preparar toda la vigilia en la que participó también nuestro coro”, nos explica Andrea.

Durante la celebración, se expuso en Santísimo y entre todos los colegios mayores se rezaron salmos y dos colegiales dieron su testimonio sobre cómo viven ellos la fe dentro del colegio. También, se proclamó el Evangelio del domingo y el arzobispo Carlos Osoro impartió una pequeña catequesis. Por último, se rezaron unas peticiones y se hizo una acción de gracias por la jornada.

Una de las cosas que más llamó la atención a Andrea fue que cada joven que participaba llevaba una sudadera con el nombre de su Colegio Mayor y le ayudó a reconocer que los jóvenes no están solos. “Es muy bonito ver que compartes lo mismo con muchos otros jóvenes. Cuando nos movemos en otros ambientes puede parecer que somos los únicos que creemos o tenemos fe y nos podemos ver solos. Aquí estás acompañado y ves que hay otros jóvenes como tú que creen en lo mismo y lo viven de la misma forma”, ha comentado.

“Lo que más me ayudó fueron los testimonios de la vigilia”, nos explica. Uno de los colegiales de la UFV, Sebastián Vargas, contó su experiencia y su reciente conversión y le impactó mucho. Si Dios quiere, este año recibirá el sacramento del bautismo, comunión y confirmación. También, le gustaron mucho las palabras del cardenal Osoro que tuvo hacia los jóvenes. “El Arzobispo explicó que la ofrenda de las monedillas de la anciana en el Evangelio puede ser insignificante, pero como dio todo, el valor es realmente incalculable. A través de sus palabras me sentí invitada a dar todo lo que tenemos y a ponernos en juego con nuestros dones”. Además, una de las cosas que más le ayudó a vivir bien la celebración fue que hicieron a los jóvenes partícipes de “absolutamente” todo. “Animo a otros jóvenes a venir porque creo que es una forma de conocer a esa iglesia joven. Aquí estás acompañado de forma activa, dejándote sorprender por lo que el Señor tiene preparado para ti cada mes”.