Varios jóvenes del Regnum Christi y alumnos de la Universidad Francisco de Vitoria ya disfrutaron de este curso, cuando el P. Rafael lo impartió de manera presencial hace años. Ahora se puede ver en su propio canal de YouTube: “Disfruté haciéndolo y pensé que era algo valioso, que podía compartir. Por lo que decidí grabarlo”.

¿Cómo surgió la idea de hacer este curso inspirada en el Rey León y no otra?

La idea me vino por primera vez al ver unas conferencias que daba Jordan Peterson analizando esta película por medio de la psicología de Jung. Me pareció muy interesante, pero también pensé que se quedaba corto; que la fe me permitía descubrir una capa teológica de significados y paralelismos que a él se le escapaba.

Además, descubrí que esta clase de interpretación podía ayudar a iluminar un aspecto del cristianismo que parece en principio difícil de digerir para el hombre contemporáneo: el hecho de que Dios es rey. La bandera de la cultura occidental, desde hace unos cuantos siglos, es la de la libertad absoluta, y por ello los conceptos cristianos de autoridad, obediencia y mandamientos resultan ser auténticas palabrotas hoy en día. Me pareció que esta historia puede iluminar su verdadero sentido, y ofrecer una visión panorámica de la visión cristiana del hombre en el que la realeza de Dios pueda revelarse atractiva y deseable. Porque el principal problema del ateísmo y la increencia no es que no parezca verdadero que Dios exista, sino que no parece bueno (ya que parecería que Dios es un enemigo de mi libertad).

Descubrí que esta clase de interpretación podía ayudar a iluminar un aspecto del cristianismo que parece en principio difícil de digerir para el hombre contemporáneo: el hecho de que Dios es rey

¿Qué curiosidad nos puede contar de alguna escena de la película del Rey León que se relacione con Cristo como rey?

Mencionaría el tercer acto de la película: el regreso de Simba, su combate con Scar, su “muerte y resurrección” simbólica, y su coronación. Como contexto: en el Regnum Christi nos encanta citar esa frase de Benedicto XVI según la cual Jesucristo es “el Reino de Dios en persona”, pero siempre he pensado que nunca la explicamos, por lo corre el riesgo de quedarse en un eslógan más o menos molón, pero vago e impreciso. Creo que el curso ayuda a desplegar su significado.

En el paralelismo que expongo, Simba es Adán y es Cristo. Inicialmente, Adán adora y obedece a Dios, y por ello es “reino de Dios”, es “lugar” donde Dios reina. Esto no le esclaviza: al revés, le lleva a participar de la realeza de Dios (igual que Simba de la de Mufasa). Al cortar la relación con Dios, Adán-Simba deja de ser “reino”, perdiendo a la vez su corona, y arrastrando al mundo en su caída, que empieza a ser, en cierto modo, no-reino, yaciendo bajo el poder del Maligno, como dice San Juan (cf. Scar).

Jesucristo, Dios, pero también hombre, es el “lugar” en el que el hombre vuelve a reconocer plenamente a Dios como rey, y por ello, donde la Humanidad (y a través de Él, el mundo) vuelve a ser Reino. Esto sucede mediante un combate (la Cruz), como les gustaba decir a los Santos Padres (y como ilustra la película). Como fruto de su victoria, el mundo vuelve a ser reino, y en Cristo el hombre recupera su vocación de rey de la creación. Él, a su vez, “devolverá el Reino al Padre”, como dice San Pablo, en un círculo virtuoso en el que el hombre reconoce a Dios como rey y éste le corona a su vez. Todo ello ilustra muy bien que la obediencia a Dios libera, y la realeza de Dios no nos convierte en esclavos, sino en reyes.

¿Qué va a descubrir el que vea este curso?

Espero que descubra una visión panorámica-sintética de la visión cristiana del hombre y del mundo (lo que Guardini llamaría la cosmovisión católica), en el que diversas ideas y creencias que tenemos acerca de nuestra fe formen un cuadro coherente y bello. A menudo nuestras creencias son una especie de cajón de sastre, en el que van rebotando entre sí algunas ideas de catequesis de primera comunión y afirmaciones sueltas escuchadas aquí y allá. En ese sentido, el curso es también una especie de catequesis para adultos, pensada para universitarios, pero válida para cualquiera.

A menudo nuestras creencias son una especie de cajón de sastre, en el que van rebotando entre sí algunas ideas de catequesis de primera comunión y afirmaciones sueltas escuchadas aquí y allá

A usted le gustan mucho las películas, ¿no? ¡Siempre nombra alguna en las homilías!

(Risas) La respuesta corta es que sí, no puedo evitarlo, lo hago siempre espontáneamente.

La respuesta larga es que me parece que contar historias es un modo muy potente de vehicular un mensaje. Aristóteles decía que sólo conocemos lo abstracto por relación a lo sensible. Pero como esto último es una frase abstracta, te acabo de perder, y estás a dos segundos de mirar tu móvil. Por eso quizás Platón utilizaba “mitos”, narraciones, para expresar de modo plástico verdades intangibles. Y por eso probablemente Jesús revelaba los misterios del Reino con parábolas y cuentos. A mí me fascina la filosofía, pero me parece muy importante conquistar para el Evangelio no sólo la inteligencia, sino también la imaginación del hombre: es una puerta más directa al corazón. Y evidenciar en qué sentido el Evangelio se refleja en historias que ya conocemos y amamos es una manera de hacerlo.

Usted ya dio este curso presencial en la UFV, ¿por qué se ha animado a hacerlo ahora en vídeo?

Di versiones anteriores de este curso a un grupo de jóvenes de Reino, primero, y en la UFV, después. Disfruté haciéndolo y pensé que era algo valioso, que podía compartir. Por lo que decidí grabarlo, en primer lugar para ofrecerlo como actividad online en la UFV. Y en segundo lugar, ya que el trabajo estaba hecho, para ofrecerlo “en abierto” a quien le pueda interesar. Esto es en cierto modo un experimento: me siento llamado a generar “contenidos” divulgativos de este estilo que puedan acercar verdades filosóficas y teológicas a los no iniciados, y si este curso tiene buena acogida, tengo otros en mente que quisiera desarrollar. Por ejemplo, uno explorando filosóficamente la expresión “sentido de la vida” o “buscar el sentido”, y otro sobre argumentos contemporáneos a favor y en contra de la existencia de Dios.