Ordenaciones sacerdotales | P. Gustavo Balestrín, L.C.: “Los años de formación han sido una operación constante del corazón: Jesús, dame uno como el tuyo”
LomásRC
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“Algunas relaciones de amistad y hermandad, me hicieron experimentar cómo el amor de mis hermanos legionarios, consagradas, laicos consagrados, laicos del Regnum Christi y otras personas me mantenía en pie, eran un consuelo, un escudo que me protegían, una fuerza que me llevaba a seguir entregando mi vida por Jesús, por la salvación de las personas”. Así explica el P. Gustavo cómo es su relación con la familia Regnum Christi. El padre describe también cómo su relación con Cristo se profundizó durante estos años, transformándose en una “operación constante del corazón” donde Jesús le mostraba su “amor, verdad, misericordia y perdón”.
¿Podría compartirnos cómo fue desde pequeño su relación con Jesús?
Unos de los hilos fundamentales de mi vocación ha sido siempre la amistad con el Señor. Desde niño había el deseo de estar cercano a Jesús, ser monaguillo en las misas, tenía mi rosario que brillaba en lo oscuro de mi habitación, colgado en la cama, y algunas noches lo rezaba. Sentía como si Jesús tuviera un imán y estuviera apuntando hacia a mí, me atraía hacia Él.
Sentía como si Jesús tuviera un imán y estuviera apuntando hacia a mí, me atraía hacia Él.
¿Y cómo fue su encuentro con el Regnum Christi y los legionarios de Cristo? ¿Qué recuerdos tiene de aquellos primeros momentos?
En 2002, a los 12 años, un sacerdote legionario de Cristo, el P. Eduardo Linares, visitó mi escuela, me invitó a conocer el seminario y luego a participar del curso de verano de la apostólica de Porto Alegre, Brasil. En el seminario fui conociendo a los hermanos, a los sacerdotes, haciendo amistades, jugamos al futbol, teníamos nuestros paseos, misa diaria, rosario… Al final del mes, mis padres vinieron a visitarme y les dije que quería quedarme, que los padres del seminario no me estaban obligando a quedarme, que estaba feliz, que me sentía en casa. Ellos no solo aceptaron, sino que me apoyaron, diciendo al mismo tiempo que la puerta de casa siempre estaría abierta para mí, si viera que el sacerdocio no era lo mío.
A lo largo de estos años de seminario y discernimiento, ¿se ha enfrentado a alguna crisis? ¿Siempre se está seguro de la vocación?
Recuerdo que en el tercer año del seminario, cuando tenía 15 años, a mi padre le diagnosticaron ELA (esclerosis lateral amiotrófica). En los cinco años siguientes, vi cómo dejaba de caminar, perdía fuerzas, hablaba cada vez menos y adelgazaba mucho hacia el final de su vida. En efecto, pasé por un momento de crisis de fe, culpando a Dios por la enfermedad de mi padre.
Si antes me gustaba el seminario, en ese momento comenzó a pesarme y sentí rechazo hacia las cosas de Dios. Gracias a la paternidad de un legionario, el P. Miguel Ángel de la Torre, L.C., empecé a experimentar que Jesús caminaba conmigo por el valle oscuro que estaba atravesando. La enfermedad de mi padre, que inicialmente me generó rabia, problemas disciplinares y rechazo a Dios, se transformó en una puerta que me abrió a una nueva realidad: la presencia cercana de Jesús, el deseo del Cielo para volver a ver a mi padre, y el aceptar el misterio del sufrimiento y de la fragilidad humana.
Mis padres no solo aceptaron mi vocación, sino que me apoyaron, diciendo al mismo tiempo que la puerta de casa siempre estaría abierta para mí.
¿Cómo describiría el proceso de conversión personal que experimentó en los años de seminario y cómo le ha preparado para su futura misión como sacerdote?
En los años de formación fui comprendiendo que el Señor no solo me llamaba para estar con Él, a ser su amigo. Me estaba preparando para enviarme de misión. Así como la leña que es lanzada al fuego empieza a quemar y quema al que se acerca a ella, Jesús me ponía cercano a su corazón para que experimentara su amor, su verdad, su misericordia, su perdón y pudiera transmitir a los demás. Los años de formación, además de la preparación académica, fueron como una operación constante del corazón: “Jesús, dame un corazón como el tuyo, para amar como tú amaste: al Padre, a la Virgen María, a las personas”.
¿Cómo han influido sus relaciones con el resto de vocaciones del Regnum Christi en la maduración de su vocación?
En los últimos años veo que el Señor me ha hecho tomar conciencia de ser parte del Regnum Christi, que soy hijo de la Iglesia, que mi vocación encuentra su sentido en ella y que mis hermanos y hermanas caminan a mi lado hacia al Cielo. Algunas relaciones de amistad, hermandad, me hicieron experimentar como el amor de mis hermanos legionarios, consagradas, laicos consagrados, laicos del Regnum Christi y otras personas me mantenía en pie, no era solamente un consuelo sino que además era como un escudo que me protegía, una fuerza que me llevaba a seguir entregando mi vida por Jesús, por la salvación de las personas.
Gracias a la paternidad de un legionario, experimenté que Jesús caminaba conmigo por el valle oscuro que estaba atravesando.
Actualmente es capellán y director del ECYD de chicos en Everest School Monteclaro, ¿Cómo contempla este particular trabajo con adolescentes?
Pues me siento bendecido al poder ayudar a que los niños se acerquen al Señor. Siento que Él me ha regalado de lo más precioso que lleva en su corazón: los niños. Me encomiendo a vuestras oraciones, no dejéis de interceder para que pueda ser un sacerdote según el Corazón de Jesús.
¿Cómo se encuentra estos días, en vísperas de su ordenación? ¿Reza de forma especial estos días? ¿Qué le dice Cristo?
En esos días antes de la ordenación me siento muy acompañado por tantas personas que están rezando por mí, para que sea un santo sacerdote. Con algunos profesores, padres de familia y chicos del colegio Everest estoy haciendo la consagración a la Virgen y la siento muy cercana a mí, le pido que me ayude a prepararme para la ordenación. Con Jesús muchas veces es mirar a la cruz, seré unido a Él.
Si no fuera sacerdote… ¿qué habría hecho?
Monje.
¿Nos puede recomendar una oración, un texto evangélico, una canción… que nos ayude a rezar y pedir por los sacerdotes?
Letanía de la Pasión de nuestro Señor Jesucristo, tomada de las Escrituras
Pim, pam, pum
Diaconado: aprender a ser padre
Dirección Espiritual: Cristo reine en mi corazón
Pobreza: centra mi corazón
Legionario de Cristo: amigos, hermanos, paternidad espiritual
Consagrada: hermanas, compartir misión
Laico: compartir misión
Regnum Christi: mi familia
Comunidad: descanso
Jesús: alianza
Sotana: mi monje interior
Amigos: sostén
Su santo favorito: San Juan
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