Retiro de Sanación | “A través de la intercesión, el Espíritu Santo me ha dado la luz y la fuerza suficiente… ¡Fue brutal!”
LomásRC
Este retiro de identidad o de sanación fue impartido por Susana Ayala, consagrada del Regnum Christi, y el sacerdote legionario de Cristo Nikolaus Klemeyer, los cuales han ayudado a los participantes para iniciar caminos de sanación de heridas personales y también fortalecer sus relaciones y su identidad en Dios. De hecho, Miguel, uno de los participantes, nos comparte que el servicio que presta Susana Ayala “está siendo consuelo de muchas almas”.
Todos tenemos algo que sanar
El retiro ha sido un espacio de profunda reflexión donde los participantes han comprendido que “todos tenemos algo que sanar”. Manuel explica que “te das cuenta de las creencias limitantes que vamos creando a lo largo de nuestra vida, de las mentiras que vas creando para ‘vivir mejor’”. Miguel, por su parte, descubrió que también llevaba consigo una herida que no había querido ver: “Me equivocaba, todos tenemos algo que sanar, pero muchas veces nos da miedo enfrentarnos al pasado”.
La oración ha sido un pilar fundamental del retiro. Miguel describe cómo, en un momento de adoración, el Espíritu Santo le reveló una herida profunda: “A pesar de la dureza y el dolor del proceso, Jesús me acompañó en este difícil viaje para suturar mi herida con el fuego de su Amor”. Para Carmen, el encuentro con Dios ha sido sanador: “He podido experimentar el Amor misericordioso de Dios hacia mí, con su infinita ternura y cuidado”.
Momentos de intercesión
Uno de los momentos más significativos fue la intercesión del sábado por la noche. Manuel comparte que, tras un accidente grave de tráfico, había quedado con dudas sobre su futuro: “A través de la intercesión, el Espíritu Santo me ha dado la luz y la fuerza suficiente como para afrontar la situación con satisfacción. Fue brutal”.
Los frutos de esta experiencia ya se dejan ver en la vida de los participantes. Guillermo afirma que “algo ha cambiado; hay un espacio nuevo dentro de mí, un lugar que antes estaba lleno de ruido”. Manuel asegura que ha encontrado una renovada libertad interior, mientras que Miguel siente que este retiro ha sido “un paso más hacia la santidad, para ir purificando mi camino y llegar a la comunión del Padre, Hijo y Espíritu Santo, y deseo que Jesús siga entrando en cada rincón de mi alma y siga transformando mi vida según Su voluntad”.
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