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“Los misioneros tienen que abrir las puertas del corazón a Cristo, dejarse invadir por la gracia”. Don Jilas habla claro y directo sobre qué se necesita para hacer misiones. Este sacerdote es venezolano, pertenece a la Arquidiócesis de Mérida-Venezuela, y posee una sólida formación en Derecho Canónico y Orientación en la conducta. En Ávila es párroco de Navalosa, Hoyocasero, Navarrevisca y Serranillos, hasta donde llegan las familias de Familia Misionera acompañados por dos sacerdotes legionarios, los padres Eugenio Martín y Manuel Jesús Fernández.

¿Cuáles son los principales desafíos que enfrentan sus parroquias y cómo Familia Misionera ayuda a abordar esta realidad?

El gran desafío es que tenemos una población de edad avanzada. Además son personas con muchas limitaciones físicas y temen a lo novedoso. El hecho es que la poca natalidad hace que las comunidades se empobrezcan. En otros casos se percibe indiferencia y, por ende, evaden el compromiso.

El gran desafío es que tenemos una población de edad avanzada y la poca natalidad hace que las comunidades se empobrezcan

¿Qué tareas les pide hacer a los misioneros en Semana Santa?

La primera tarea, visitar hogares y orar con ellos. Después, impregnarse de su realidad concreta, animarles… eso les haría mucha ilusión. Y también crear algunas actividades de encuentro y compartir, además de las propias de la Semana Santa: la liturgia de la Pasión, Muerte y Resurrección, los Vía crucis, Rosario por sectores y procesiones, entre otros.

¿Cómo influye la presencia de familias misioneras?

La presencia de ellos siempre es valiosa porque son testimonio y ejemplo para muchas familias, el hecho de trasladarse de Madrid y de otras geografías de España, con su núcleo familiar (papá, mamá e hijos), ayuda mucho y enriquece. Luego de su estancia durante la semana, dejan los pueblos animados, llenos de mucha ilusión y de gratas experiencias. Además, en su mayoría los habitantes de cada pueblo son muy majos, y los acogen a todos con mucho cariño y amor.

La gente queda complacida por el trabajo realizado. La Evangelización que realizan con su testimonio de vida y luego desde su experiencia de oración auxiliados e iluminados con y desde la Palabra de Dios, fortalecidos con el Santo Espíritu, pues Dios sin duda alguna que obra. Aunado a ello, desde el acompañamiento y asesoría de los padres Eugenio y Manuel Jesús pues ellos se sienten atendidos espiritualmente para llevar a delante la misión y tarea encomendada.

Dios obra en la Evangelización de los misioneros

¿Qué mensaje le gustaría enviar a las familias que se plantean acudir a Serranillos o a otro lugares en Semana Santa? ¿Cómo deben de prepararse para la misión?

Mi orientación como cristiano y como sacerdote y párroco de cada uno de estos pueblos, lo primero que deben tener es disponibilidad para ser servir, estar prestos como la Virgen Madre a ponerse en camino para ayudar y llevar la Buena Nueva del Evangelio.

En este orden de ideas, abrir las puertas del corazón a Cristo, y dejarse invadir por la gracia de renueva toda nuestra vida. Luego, tomar en serio las instrucciones que Jesús le dio a sus discípulos: “Llamó a los doce y los fue enviando de dos en dos, dándoles autoridad sobre los espíritus inmundos. No vayáis a tierra de gentiles ni entréis en ciudad de samaritanos; sino id primero a las ovejas perdidas y predicad el reino de Dios estad cerca, convertíos y creed en el Evangelio (…) Les encargó que llevaran para el camino un bastón y nada más, pero ni pan, oro, ni plata, ni dinero en vuestras fajas, ni alforja para el camino, que llevasen sandalias pero no dos túnicas, porque el que trabaja merece su sustento” (Mc 6,7-12).

En definitiva yo diría que deben capacitarse y formarse para poder comunicar la verdad que está contenida en Cristo, no tener miedo, ir ligeros de equipaje para que la misión sea fecunda y fructífera. Ser humildes y cercanos, cariñosos y respetuosos con los chavales, jóvenes y adultos. Usando palabras del Papa Francisco, que vayan a los descartados, olvidados, que primereen, que podamos ir a las periferias, en fin que podamos hacer camino juntos involucrándonos, haciendo presente y real el Reino de Dios.