Y el Papa Francisco, al hilo de estas palabras, comenta que “el testimonio provoca curiosidad en el corazón del otro y esa curiosidad la inspira el Espíritu Santo. La Iglesia cree por atracción, crece por atracción, y la transmisión de la fe se da a través del testimonio”. Y “cuando uno ve esta coherencia de la vida con lo que decimos, la curiosidad siempre llega: ‘¿Pero por qué vive así? ¿Por qué lleva una vida de servicio a los demás?”.

Esto es lo que hacen, año a año, unas 100 familias que participan con Familia Misionera dando su sí a la Iglesia para ayudar en parroquias de distintas provincias españolas. Sus principales destinos son zonas rurales, donde un mismo párroco atiende varios pueblos, multiplicando su trabajo en la Semana Santa.

Este año las misiones de Semana Santa tendrán lugar entre el 13 y el 17 de abril. Y tienes todos los destinos y los contactos en la propia web de Familia Misionera.

Las misiones ayudan a las familias

Las misiones que ofrece Familia Misionera cumplen con tres virtudes. La primera es que facilita vivir la Semana Santa en un ambiente de oración toda la familia junta. En segundo lugar, las misiones tienen la virtud de estar abiertas a la colaboración y al apoyo a los párrocos, colaborando con ellos en la inmensa tarea que tienen de llevar a Cristo a lugares recónditos de toda España. Y la tercera gran característica es poder vivir ese testimonio como familia junto a otras familias, creando así un ambiente de alegría, de Iglesia, y de naturalidad en la vida de fe.

Lo que más impacta a la gente de los pueblos donde se hacen misiones es justamente la alegría y la disponibilidad de servir a los demás en vez de irse a descansar a la playa o a cualquier otro lugar. Y eso es parte de las misiones que propone Familia Misionera: ese ejemplo del que hablan los papas Benedicto XVI y Francisco que se concreta en amar a la Iglesia y a Cristo, en el momento litúrgico más importante para un católico, y en hacer partícipes a los hijos de la importancia que tiene la fe para los padres.

¿Qué edades son las adecuadas?

Compartir la fe con los hijos no tiene edad. La misión es diferente para familias con niños de 1, 8 ó 12 años, pues los ritmos son diferentes acoplándose cada unidad a la realidad de las familias que la componen. Las familias con hijos mayores se encargan de coordinar la ayuda con el párroco (organizar oficios, visitar los hogares, invitar a los sacramentos). Los que van con niños pequeños, otro tipo actividades. Cada uno tiene su lugar y todos dan un testimonio alegre de su fe.

Lo cierto es que quienes más disfrutan las misiones son los niños. Los pueblos misionados se encuentran en ambientes rurales donde los más pequeños gozan del entorno y la convivencia con otros niños. Además, el testimonio de fe se hace muy fácil cuando son ellos los que abren las puertas y los corazones de las personas que se misionan. Todo un programa para Semana Santa.